Crecer – Otra definición de liderazgo

Cuenta la historia que Jabes, un campesino de medio oriente, muy honorable a los ojos de la comunidad, pensando en su futuro y en lo que había logrado hasta ese momento, levantó una oración conforme su fe, y dijo: “¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!”.

“¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!”

Me gusta mucho pensar en la historia de Jabes y la forma en cómo se desarrolló como persona; él era un hombre “honorable” en la comunidad, así que probablemente había sido conocido por un carácter elogiable, trabajador, cumplidor de las reglas locales y muy relacionado con las personas, en otras palabras, un líder.

Seguramente, cuando Jabes levanta su oración, lo hace porque aquello que tenía has ese momento – sean sus tierras o negocios – habían llegado a su máximo potencial, pero él, quería seguir creciendo.

Y su oración, no sólo muestra su fe, sino que plantea cuatro elementos que él consideraba importantes para crecer. Revisémoslos juntos:

Uno crece porque tiene pasión – Si en verdad me bendijeras -.

Emily Heyward (premiada emprendedora en el año 2019 por Entrepreneur), hace notar que para asumir el rol de emprendedor no debes tener miedo a zambullirte – apostar en tu emprendimiento con todo lo que tengas –, y es que para llevar adelante un equipo – que quieras que alcance un sueño u objetivo – no puedes hacerlo a medias, tienes que hacerlo con todo[1]; pero ¿cómo hacerlo de esa manera si no tienes pasión?

La pasión – esa fuerza que te ayuda a tomar cierta dirección con impulso-, te da la fortaleza para tomar decisiones, para soñar con más y aceptar los desafíos, y para crecer conforme el sueño crece. Es esa “bendición” que anhela Jabes para seguir avanzando y que en verdad, todo líder anhela, para continuar viviendo su propósito.

Uno crece haciendo – …ensancharás mi territorio –.

En un taller en el que participé hace unas semanas atrás pregunté a los asistentes si alguno de ellos había alcanzado su sueño, y la totalidad de ellos contestó que no. La razón es sencilla: ¡Aún están trabajando en él! ¿llegarán a cumplirlo algún día? No estoy seguro, pues considera el caso de Paola – una de las participantes – luego de que instale la sucursal de su empresa en otra ciudad y la haga crecer ¿se pondrá a descansar?, lo más seguro es que no, pues pondrá su mente en ampliar más su sueño, su territorio.

Y es que aquellos que vemos resultados en lo que nos apasiona, queremos más: si hemos logrado uno ¿por qué no dos?, y si dos ¿por qué no cuatro?

No se trata de que tener más, sino de que cada vez que alcanzamos algo que está asociado con nuestra pasión, y ésta a la vez lo está con nuestro propósito, nos abre las puertas a más, no por los beneficios que acompañan, sino por la sensación que nos trae cumplir nuestro propósito.

Uno crece acompañado – …y tu mano estuviera conmigo –.

Una de las grandes trampas del liderazgo es la idea de que puedo lograr algo sólo, pero eso no es posible; piensa en cualquier líder que reconozcas, sea de una gran empresa o emprendimiento ¿se hizo sólo? O más bien hubo quien le acompañara en el camino, alentándole en los momentos difíciles, o ayudándole.

Si tu mano estuviera conmigo”, es una declaración de humildad que indica que cada sueño que vale la pena perseguir, necesita de un equipo, de hecho, esta declaración me recuerda a los líderes de Nivel 5, como les llama Jim Collins[2], que son personas que cuando hablan del éxito de sus empresas “mencionan las contribuciones de otros ejecutivos e instintivamente desviarán la discusión para no hablar de su rol”.

Para crecer, necesitamos de otros, pues por mucho que queramos negarlo, no somos buenos en todo, más bien, hay muchas en cosas en las que simplemente no somos buenos.

Se trata de ser cuidadoso – “y me guardarás del mal para que no me causará dolor”.

Durante una reciente reunión, Evelyn M., líder de equipo en una empresa multinivel mencionó que debemos generar un “banco de gracia” en nuestras relaciones, es decir, establecer conexiones apropiadas con nuestro equipo para que cuando lleguen los momentos malos, podamos sacar “recursos” de ese “banco” y así podamos avanzar juntos.

Me encanta la analogía, pues los momentos difíciles – que siempre llegan – tienen el potencial de manifestar las debilidades del líder, y para ese momento, él o ella va a querer haber invertido grandemente en el “banco de gracia” con su equipo, para “permitirse el privilegio de equivocarse”, y así pesen más, en ese instante, los buenos momentos de liderazgo que los malos.

Jabes, en lo poco que dice, nos provee una imagen de un gran líder, con visión, que anhela crecer y desarrollarse.

Si yo quisiera ser como Jabes ¿Por dónde debo comenzar?

Si consideramos todo lo anterior, podemos decir que el mejor punto para comenzar es hoy, tomando control de nuestros recursos – ¡nuestro propio terreno! –, de los sueños u objetivos que estemos persiguiendo, del equipo que tenemos para llevar adelante, y al mismo tiempo, celebrar cada pequeño logro que alcanzamos; pues a medida que avanzamos – y celebramos –, nos acostumbramos a reconocer nuestras fortalezas y las de nuestro equipo, para que, en los momentos de mayor desafío, obtengamos una perspectiva correcta acerca de lo que podemos lograr.

Finalmente, para tomar control de nuestro propio terreno, es necesario, siguiendo el ejemplo de Jabes, considerar estos cuatro impulsores de crecimiento.

  1. Nuestra pasión, que nos dará el impulso necesario cuando lleguen los desafíos (¡No te olvides alimentarla celebrando los pequeños pasos!).
  2. Nuestra intencionalidad, que generarán procesos de cambio y resultados cuando otros simplemente estén esperando el momento oportuno.
  3. Nuestra humildad, que nos permitirá valorar a otros y a nosotros mismos, y por tanto, nos llevará a pedir ayuda en el momento apropiado.
  4. Nuestras conexiones, pues la gente que nos rodea y la forma en cómo nos conectemos con ellos puede hacer la diferencia en los momentos de dificultad.

Gracias a Ursula A Delgado y Paola Jimenez por compartir sus percepciones en relación al artículo.


[1] https://hbr.org/2020/07/so-you-want-to-be-an-entrepreneur  – Heyward, Emily. 2020. So you want to be an entrepreneur? Harvard Businees Review. Digital Article.

[2] Collins, Jim. 2001. Liderazgo Nivel 5 – El triunfo de la humildad y la determinación feroz (Level 5 Leadership – The Triumph of Humility and Fierce Resolve). Harvard Business Review. Best of HBR 2001.

Publicado por Erlan Gonzales

Esposo de Evelyn Meneses, papá de Hannah y Zoe. Ingeniero por muchos años, apasionado por el desarrollo personal de las personas y enamorado de la obra de Jesucristo.

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